Les comento con orgullo que este es
mi primer artículo relacionado con otro deporte que no sea el Fútbol; con todo
merecimiento quería dedicarle unas palabras a este bellísimo y espectacular
deporte que es el Fútbol Americano ahora que acabamos de pasar el Super Bowl
49.
Durante los días previos al Super
Bowl se desató esta polémica de los balones desinflados por los Patriotas en la
final de la conferencia americana y mucha gente quiso tomarse de ella para
restarle méritos a este equipo de Nueva Inglaterra que ha resultado ser una de
las mejores dinastías de este deporte. Debido a esta y otras polémicas que han rodeado
en otros años a su coach Bill Belichick, un servidor al igual que muchos de
ustedes hemos tenido dudas acerca de la veracidad o el real valor de los
campeonatos logrados por los Patriotas bajo la dupla del entrenador con Brady.
Bueno pues después de ver este último partido creo realmente que nos ha
aclarado el panorama en gran medida y no se puede negar el legado durante este
siglo de dicha organización.
Empecemos pues por recordar toda la
distracción que en si generó el tema mencionado de los balones, cualquier
equipo hubiera perdido enfoque para el ansiado partido final y esto no sucedió
con los Patriotas. Ellos eligieron el camino de la automotivación y unión
grupal para tratar de encararlo de la mejor manera y lo lograron pues desde el
principio se les vio más concentrados que su rival.
Ya avanzado el partido parecía que se
llevaban ventaja al medio tiempo y sin embargo recibieron un duro golpe anímico
por parte de Seattle que empató faltando pocos segundos para irse al
descanso. Si bien habían hecho mejor las
cosas durante la mayor parte del primer medio, una intercepción a Brady y la
gran eficiencia de los Halcones Marinos a la ofensiva les provocaron esta
primer frustración de no irse al frente al descanso.
Para el tercer período el equipo de
Seattle continuó con su buena racha y comenzó a despegarse en el marcador, yéndose arriba hasta por 10
puntos y la defensiva controlando bastante bien a la ofensiva de los Patriotas.
Justo ahí cuando parecía que el partido empezaba a definirse es donde entra la
figura del coach Bill Belichick haciendo ciertos ajustes defensivos para frenar
la inspiración de Russell Wilson, Matthews y Lynch, y así darle más tiempo a
Tom Brady y su artillería de tener alguna reacción. Entonces apareció el temple
del quarterback y jugadores como Gronkowsky y Edelman para remontar esa dura
diferencia (previamente remontada sólo en 2 ocasiones en un SB).
Con todo y todo este deporte tan
maravilloso estaba aún por regalarnos lo mejor: el final del partido. Habiéndoles
remontado esa ventaja de 10 puntos, los Halcones Marinos salían al campo a
buscar un Touch Down que les diera la gloria con más de 2 minutos todavía por
jugar. Todo comenzó bien con un acarreo largo de Marshawn Lynch y un pase
increíble que alcanzó a atrapar Kearse con mucha fortuna y que los puso a 5
yardas de la tierra prometida. He aquí cuando el momento crucial de todo se
acerca pues el coach Carroll de Seattle con 3 oportunidades más para anotar
decide pasar el balón en lugar de correrlo teniendo al mejor corredor de la
liga a su disposición. Quizá con otro resultado todo mundo lo hubiera elogiado
pero se olvidó que enfrente estaba un coach que prepara a sus equipos como
pocos y ya habían entrenado esta jugada para que fuera interceptada.
A este gran ejemplo es al que quería
llegar con el título de mi artículo y aunque honestamente no soy seguidor de
los Patriotas no queda más que reconocer que la diferencia la hizo este señor.
Guste o no, con polémica o no, con decisiones arbitrales dudosas o no, no
cualquiera mantiene una regularidad como la que ha mantenido este equipo
durante 15 años llámese el deporte que sea. Y aunque han buscado sacar ventaja
en algunas cuestiones no del todo estrictamente éticas, seamos sinceros y
preguntémonos quién no lo ha hecho?
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