Ahora que ya han pasado 6 meses desde aquella nueva
eliminación en octavos de final del Mundial de Fútbol 2014 ante Holanda y se
supone que deberíamos tener ya la cabeza bien fría para analizar lo ocurrido
ese 23 de Junio en Fortaleza, parece que aún no cicatriza la herida y lo cierto
es que me sigue pareciendo injusto que un torneo tan sorpresivamente bien
jugado por parte del equipo nacional haya terminado así de triste.
Pero
haciendo un esfuerzo por repasar todo lo ocurrido y encontrar la razón de ese
nuevo fracaso me viene la duda si fue más culpa de nuestros propios fantasmas o
fueron factores externos como la decisión arbitral del famoso penal. Ya en un
mundial anterior habíamos sido víctimas de un error arbitral que marco bastante
el rumbo de la derrota contra Argentina en Johannesburgo; por si no lo
recuerdan me refiero al primer gol en fuera de lugar que marcó Higuaín cuando
México dominaba ese partido. Por otro lado también podríamos recordar lo cerca
que se estuvo en tiempos extra de 2006, el exceso de confianza contra USA en
2002, la remontada al final que también sufrimos contra Alemania en 98 y los
benditos penales contra Bulgaria en 94. Hay un sinfín de recuerdos tristes y
“ya meritos” en nuestra memoria que parecen perseguirnos a la hora crucial.
Por lo
tanto, creo que hay 2 aspectos claves para entender esto: El primero es que nos
falta algo extra a la hora de definir las situaciones que podría ser la famosa
mentalidad y el aprender de los errores cometidos en el pasado, pero por otro
lado quiero ir a la injusticia que muchos llaman “parte del juego”.
Creo que ya
estuvo bueno de que en el fútbol se aplaudan estas malas costumbres que no
hacen más que dañar el espíritu de lo que debe ser un deporte limpio y justo.
No es posible que siendo el deporte más popular en todo el mundo sea el único
donde todavía el error humano sea bienvenido. No sé ustedes pero yo estoy
cansado de que partidos importantes alrededor del planeta, ya sean de clubes o
de selecciones, sean definidos por una mala decisión de un tercero a quien le
vale un cacahuate si su decisión fue acertada o no, y más allá de que pueda
importarle, simplemente manche el esfuerzo y sacrificio de todo un equipo de
trabajo que incluye a grupo de jugadores, cuerpo técnico y otros directivos
durante un largo período de tiempo.
En los
inicios del deporte cabía la excusa de que no había aún mucha tecnología como
para ponerla al servicio de los árbitros pero ahora cuál es la excusa? Cuál es
el impedimento de que nos apoye? Para variar la respuesta conlleva adentrarse a
un mundo oscuro y turbio que maneja la Federación Internacional de Fútbol
Asociación (FIFA), la cual no ha hecho más que manchar el deporte durante las
últimas 2 décadas. Será que tiene miedo de perder el control de algún aspecto
del juego? Será que con eso ya no podría utilizar el error de un árbitro para el amaño de partidos o algo parecido?
Lo que es un
hecho es que si en verdad se rigiera por el principio de ver por la mejoría y
bien del fútbol ya habría tomado cartas en el asunto hace mucho tiempo y hoy
por hoy no estaríamos hablando de si fue o no penal.
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