Se acerca la gloria, se acerca Wimbledon, Londres está lista y la catedral del tenis ya huele a hierba, pero con ello también se percibe un
cierto aroma a revancha. Será por Djokovic? Será por Federer? Será por Nadal?
Será por Murray? O será por todos los anteriores?
Me parece
que es la última, y es que se podría decir que todos han estado en deuda
relativamente este año. Si, incluso el número 1 del mundo Novak Djokovic debe
sentir unas ganas tremendas de quitarse la enorme frustración que fue haber
perdido una nueva final de Roland Garros cuando creía que al echar a Nadal por
fin ganaría su primer abierto francés y conseguiría el Grand Slam de carrera.
Bueno pues, nada como la gloria de triunfar en Wimbledon para quitarse ese mal
sabor de boca.
También
tenemos a “su majestad” Roger Federer, alguien que sabemos no tiene nada que
probar a nadie pero cuyo apetito insaciable de victorias se acrecienta cuando
se acerca este torneo. Por qué? Pues simplemente porque su apodo y su leyenda
los ha construido en este templo precisamente. Además, siendo sinceros, es una
de sus últimas oportunidades (por no decir la última) para poder ganar otro
torneo grande pues cada vez es más difícil por cuestiones lógicas de edad y por
el surgimiento de nuevos talentos. Otro incentivo para él es que podría ser el
primer jugador en ganar 8 veces aquí.
Vamos ahora
con “el toro” Nadal, que se encuentra en un proceso de recuperación de juego
tras varios meses de inestabilidad física. Sabemos de entrada que es la
superficie menos favorable para él por su tipo de juego ya que en esta
superficie al ser más rápida, no tiene tanta capacidad de defensa y contragolpe
porque los puntos terminan antes. De cualquier forma estamos hablando del
tenista con más convicción y fortaleza mental quizá que haya jugado este
deporte, lo cual siempre le da una esperanza. Que mejor resurrección para él
sería ganar un nuevo campeonato en el All England Club, aunque siendo realistas
se antoja muy complicado.
Finalmente
tenemos al consentido local y único originario de Gran Bretaña en ganar este
certamen desde 1936, el escocés Andy Murray. Desde hace un año que cambió de
entrenador y contrato a una mujer, la ex número 1 Amelie Mauresmo, ha sido muy
criticado y cuestionado porque rompió el molde “machista” y se salió de las
convencionalidades. Sin embargo, se ha visto una franca mejoría en su juego y
creo que tendrá muchas posibilidades de repetir el título logrado hace 2 años y
dedicárselo a su entrenadora. Lo pondría como el segundo candidato después de
“Nole”.
Saliendo del
tema de las revanchas, tenemos a alguien que por el contrario está muy contento
y más bien busca la consagración después del enorme triunfo y exhibición que
dio en las canchas parisinas, el suizo Stanislas Wawrinka “Stanimal”, que busca
su tercer grand slam y su primero en Wimbledon. Veremos si logra mantener la
estabilidad en su juego que siempre le ha faltado y aprovecha su gran momento.
Como pueden
ver hay muchos condimentos por los cuales no pueden perderse este maravilloso
evento que siempre tiene la garantía de regalarnos increíbles partidos y
generar toda clase de emociones, por ello les digo: “Dios salve el pasto
sagrado de Wimbledon”.