Para los que no están enterados y gustan de este bellísimo
deporte llamado Golf, hoy jueves inicia la edición 115 del U.S. Open. Para
muchos que quizá no juegan o no saben mucho de esto les podrá parecer aburrido
el tema pero creo que tengo algunos datos que pueden despertar su curiosidad
acerca de este torneo.
Por primera
vez el torneo será jugado en el Pacífico Noroeste de los Estados Unidos, para
ser más específicos en el campo de Chambers Bay que se encuentra a las afueras
de Seattle. No deja de sonar raro que tuvieron que pasar 114 torneos y 120 años
para que llevaran este torneo, parte de los 4 eventos más importantes del año
golfístico, a esta zona. Pero lo realmente interesante de esto son las condiciones
que tendrán que enfrentar los jugadores y por lo que hasta acá se puede sentir
su miedo: Estamos hablando de un tipo de campo de golf estilo “LINKS” que no se
encuentra comúnmente en éste país (más propio de los primeros campos británicos
que fueron cunas del golf) y que aparte de que la mayoría de los jugadores que
participan no están acostumbrados a jugar, representa muchas más dificultades
de lo que se pueden imaginar.
Hablando de
estos obstáculos, nos encontramos con que el tipo de suelo es arenoso por lo
que el agua se drena muy fácilmente y se reseca de más, esto tiene como
consecuencia que el bote de la bola sea mucho más difícil de controlar y es
fácil que se salga del área que el golfista quiere. Saliéndose de esta zona corre
los peligros de caer en trampas de arena extensas o en pastizales altos que
dificultan muchísimo el golpeo de la pelota. Estos pastizales también son
propios de este tipo de campos al igual que las marcadas ondulaciones que se
pueden encontrar en los mismos “fairways” y “greenes”. Por esta razón de la
irregularidad, los greenes suelen ser bastante complicados y son también
particularmente extensos.
Otro factor
es el clima, el único que no depende del hombre pero que en este lugar cobra
mucho más relevancia que en otro. Por qué? Se preguntarán algunos, pues la
respuesta es porque en Chambers Bay no hay prácticamente árboles y es un lugar
totalmente abierto al lado de un lago, entonces el viento y la lluvia tienen
mucho más fuerza e injerencia en el desempeño de los golfistas.
Por último
quisiera hacer un poco de referencia a los jugadores que llegan con más
posibilidades de acuerdo al momento. Lamentablemente, para nosotros los
mexicanos, no pudo clasificar Carlos Ortiz pero de cualquier manera será muy
interesante ver a toda la sangre joven en acción, especialmente al número 1 del
mundo Rory McIlroy que llega con varios triunfos en el año, a Jordan Spieth que
ganó nada más y nada menos que el Masters y a Rickie Fowler que ganó el Players
con un cierre espectacular. Estos 3 van a tener una muy buena chance al igual
que Justin Rose y Dustin Johnson que siempre mantienen una buena consistencia
en su juego y también están con buenas sensaciones. Y si tuviera que agregar un
sexto es sin duda Phil Mickelson, el “zurdito de oro”, al que solo le falta
ganar este “Major” en su carrera y que tiene el record de terminar segundo en
seis ocasiones distintas del U.S. Open, esperemos que este año pueda seguir
luchando por eso y sobretodo, pase lo que pase, que tengamos un grato espectáculo
el fin de semana.
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